¿No les ha pasado que defienden tanto a una persona de otras, y después ésta termina callándoles la boca, haciendo algo mal? Pues esto, más o menos, me pasó a mí, y no es tanto que yo defendiera al multimillonario Donald Trump, sino que por lo menos era muy su fan, en especial cuando vi “The Apprentice”, un reality show en el que participan de 16 a 18 empresarios, que compiten por 250,000 dólares, y un contrato para dirigir una de las empresas de Trump.
La verdad, está muy entretenido el programa, y aunque podemos ver a un Trump engreído, jamás te pasa por la cabeza que el tipo sea un xenófobo, que nos odia a los mexicanos. Para los que aún no se enteran de las declaraciones de este tipejo, son las siguientes:
“Cuando México envía a su gente, no envía lo mejor, no los envía a ustedes. Están enviando gente con montones de problemas. Están trayendo drogas, están trayendo crimen, son violadores y algunos, asumo, que son buenas personas, pero yo hablo con guardias fronterizos y eso tiene sentido común.”
Evidentemente, este señor de alta alcurnia, empezó con el pie izquierdo su candidatura, para convertirse en presidente de Estados Unidos, por el Partido Republicano, ya que no sólo molestó a los mexicanos, sino también a algunos artistas connacionales como Rob Schneider, Neil Young y Cher.
Del mismo modo, algunos artistas nacionales, como Fher Olivera de Maná, declaró que: “Nunca ha habido un discurso tan violento y tan lleno de odio, eso solo desde los tiempos de las películas de los alemanes y los nazis, es una xenofobia desmesurada».
Y no es para menos, ya que las palabras de Trump muestran más coraje y desprecio contra los mexicanos, de las que en mucho tiempo no había. Nada más quiero recordarle, al muy estúpido, que gracias al gran esfuerzo de los paisanos que trabajan allá, es que su país sale adelante y, aunque muchos de los nuestros se vean en la penosa necesidad de salir de su lugar de origen, para encontrar una mejor calidad de vida, ya que nuestro gobierno no sirve para ni madres, tampoco tienen derecho a pisotear nuestra dignidad, y que les quede claro que, en la sangre de los mexicanos no corre la sumisión.
Faranduland 