La cara bonita, faranduleros, no lo es todo y hay veces que las curvas tampoco. Muchos han sido los famosos que han tenido que modificar su cuerpo, de una forma u otra, para interpretar un papel.
En 2007, Jared Leto, para interpretar el papel de Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, en Chapter 27, tuvo que subir 30 kilos. Su dieta se basaba en pizzas, helados, refrescos y cervezas. Más tarde, en 2013, Jared tuvo que hacer lo contrario bajando casi 15 kilos para interpretar a Ryon en Dallas buyers club, actuación que le valió el Oscar y Globo de Oro a mejor actor de reparto.
Para la misma película, Matthew McConaughey perdió cerca de 22 kilos, para darle vida a Ron Woodroof, un enfermo de VIH que pasa ilegalmente medicamentos de México a Estados Unidos, para tratar su enfermedad. Con esta actuación, Matthew ganó el Oscar y Globo de Oro al mejor actor.
Uno de los cambios más dramáticos lo hizo Christian Bale, para protagonizar The Machinist para el cuál bajó 28 kilos. La apariencia de Bale en la película es verdaderamente impactante. La dieta que siguió es de miedo, comía al día una manzana, atún y una taza de café, aunado a esto, corría para quemar más grasa. Un año más tarde, tras recuperar su peso, tuvo que subir cerca de 30 kilos, en su mayoría músculo, para hacer Batman Begins. Y en 2013, para American Hustle, tuvo que deshacerse de músculos y curvas, para desarrollar una panza de chelero de miedo, creada a base de muchas hamburguesas y donas.
Matt Damon en Courage under fire (1996), adelgazó 23 kilos. En 2009 aumentó 14 kilos de pura grasa, para The Informant y ese mismo año tuvo que deshacerse de esa grasa y aumentar siete kilos más, pero de puro músculo, para Invictus.
En 1980, Robert De Niro aumentó 30 kilos para darle vida al boxeador Jake La Motta en la película Raging Bull. Y siguiendo con los boxeadores, Will Smith, para interpretar a Classius Clay en Ali, subió 25 kilos.
Para Cast away, Tom Hanks, además de perder a Wilson tuvo que perder 25 kilos. Para la película Things Fall apart, el papel de Deon, un jugador de fútbol americano diagnosticado con una enfermedad terminal, le exigió a 50 Cent bajar 28 kilos.
Renée Zellweger, en Bridget Jones’s diary, ganó 20 kilos a base de burritos, chocolates y cervezas. Para la segunda parte de la película, aumentó 13 kilos, con la misma dieta. Después, para recuperar su peso, practicaba yoga y comía caldo de pollo.
Charlize Theron ganó el Oscar y Globo de Oro a la mejor actriz, por la película Monster, en 2003, para la cuál, además de utilizar prótesis faciales y dientes postizos, aumentó 14 kilos.
Y no podemos olvidar a Doña Sara García, mejor conocida como la “abuelita de México”, quien para interpretar mejor que nadie ese papel, decidió quitarse varios dientes.