A muchos todavía no nos queda muy claro, ni cuándo ni por qué, empezaron a surgir parejitas de famosas y políticos. La principal razón por la que escribo sobre esto, es para saber: ¿Cuál es su opinión al respecto? ¿Amor, dinero, fama o poder?
Empecemos la lista con los recién casados Anahí y Manuel Velasco, quienes acaban de contraer nupcias en Chiapas. De esta boda se esperaba mucho, se decía que sería la del año, pero la hicieron sencillita. A mí que no me vengan, esto fue pura estrategia para no manchar más la imagen del gober, experto en dar cachetadas, a ver si la pobre ex RBD, no termina con un ojo morado un día de estos.
Obviamente, el matrimonio más representativo es el de nuestro querido y apreciado señor presidente (nunca nadie), Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera. Todavía no logro comprender, cómo es posible que estos dos terminaran juntos, pero me queda clara la estrategia política que esto representa. ¡Aguas Gaviotita! Recuerda que las malas lenguas aseguran que tu maridito se “echó” a su ex esposa.
Otros que quedaron perdidamente enamorados, en un evento político, fueron Galilea Montijo y Fernando Reina, quienes se casaron a sólo cuatro meses de noviazgo. Actualmente son padres de un niño, y aunque se conoce poco sobre su relación en los medios, le puedo aconsejar a este señor que tenga cuidado, pues la Gali tiene fama de arribista, y lo puede cambiar en cualquier momento.
La siguiente es una pareja muy fea y es que basta ver a César Nava junto a Paty Sirvent (ex Jeans) y, automáticamente pondrán una cara de… ¡dejémoslo en que harán caras! La relación de Paty Sirvent con César Nava comenzó en 2006, cuando la cantante recibió una invitación para integrarse a las actividades proselitistas, del entonces candidato presidencial Felipe Calderón. Fue ahí donde conoció a César Nava, operador de la candidatura de Calderón.
No sé por qué, pero el único matrimonio que siento un tanto sincero, es el de Victoria Ruffo y Omar Fayad, quizá porque la Ruffo ha interpretado tantos papeles de puritana en sus telenovelas, que la creo incapaz de casarse por interés.
En fin, matrimonios vemos, dormitorios no sabemos, así es que sólo el tiempo y las revistas de chismes nos dirán, si estas parejitas estaban juntas por amor o por cual otra oscura razón.